Que se le tema más a las princesas que a dragones.
Que se le tema más a un pijo con poder que a un satánico.
Que la iglesia tenga voto de pobreza.
Que un hombre lobo se asuste de la luna llena.
Que a una feminazi le guste que la traten mal en la cama.
Que reconozcas que ya casi ni te conoces.
Que tengas frío y no calientes ni tu lengua ni tus labios.
Que tenga ganas de llorar y no lo haga.
Que tenga ganas de morirme y no lo haga.
Porque sino, querida mía... quién se va a acordar tanto de ti como lo hago yo.
Acordarme de mi abuela ahora.
Vaya putada esta semana que empieza.
Que todo sea esto.
Que todo sea nada.
Que nada y nada en un mar de lágrimas.
Que me siga acordando de gente que echo de menos.
Que me entren ganas de estrujarlos. A todos y cada uno.
Que a cada tecla de mi telcado que pulse se me nuble la sed que tengo.
Que bebo demasiado.
Que tenga ganas de vivir. Porque de morir ya lo voy haciendo.
Que mis sábanas están frías y duelen.
Que me dejes a medias antes de llegar.
Que no te quiero.
No, qué va.
lunes, 15 de diciembre de 2014
martes, 25 de noviembre de 2014
Te odio mucho.
Otra vez, me dejas Granada para mi.
Ha sido una mañana rara. He dormido hasta las 11, 11 tus lunares.
Tengo aún el sabor de todos tus besos de fin de semana, y no se van ni con pasta de dientes.
He soñado contigo y al despertar no estabas a mi lado para abrir los ojos al notar que te miraba.
Ni haciendome sonreir sin ser siquiera consciente de que estás aquí.
Quiero verte. Sí, otra vez. Una y otra vez, para ser sincero.
Abrazarte.
Perderme.
Perdernos.
Ojalá todos los días de mi vida. Aunque tú me quieras besar, y yo quiera morderte.
Malditos hoyuelos tuyos.
Malditas paletas de conejo. De liebre. De libre. De libro.
Maldito pelo largo como una noche sin ti.
Malditos ojos tan grandes como lunas, joder, que te necesito, a quién voy a engañar.
A nadie. No quiero. No debo. No bebo.
No quiero no estar a tu lado.
Me voy ya, a buscar castañas. Nada que ver con perderme un rato para no pensar tanto en ti.
Entiendeme.
Me duele la piel de echarte de menos. Y solo han sido horas sin ti.
Te quiero mucho.
Ha sido una mañana rara. He dormido hasta las 11, 11 tus lunares.
Tengo aún el sabor de todos tus besos de fin de semana, y no se van ni con pasta de dientes.
He soñado contigo y al despertar no estabas a mi lado para abrir los ojos al notar que te miraba.
Ni haciendome sonreir sin ser siquiera consciente de que estás aquí.
Quiero verte. Sí, otra vez. Una y otra vez, para ser sincero.
Abrazarte.
Perderme.
Perdernos.
Ojalá todos los días de mi vida. Aunque tú me quieras besar, y yo quiera morderte.
Malditos hoyuelos tuyos.
Malditas paletas de conejo. De liebre. De libre. De libro.
Maldito pelo largo como una noche sin ti.
Malditos ojos tan grandes como lunas, joder, que te necesito, a quién voy a engañar.
A nadie. No quiero. No debo. No bebo.
No quiero no estar a tu lado.
Me voy ya, a buscar castañas. Nada que ver con perderme un rato para no pensar tanto en ti.
Entiendeme.
Me duele la piel de echarte de menos. Y solo han sido horas sin ti.
Te quiero mucho.
lunes, 3 de noviembre de 2014
Declaración de horror.
Noche oscura. Tan oscura que solo la luz del monitor alumbra.
Noche como hace mucho tiempo, sin gafas, con ganas y solo.
Tres factores que, por suerte, sí que alteran el producto.
Son las 3:37 de la mañana y se me caen los párpados.
No pienso agacharme a recogerlos.
Abriendome la cabeza, arrestando todo impedimento, permitiendome usar todos los sentimientos en mi contra.
Mis ojos. Ojos claros, ojos grandes, ojos chicos, ojos negros.
Espero que cualquier día no revienten, porque no estarás para verlo.
Voy a decorar este silencio.
Se ha vestido demasiado serio. Negro.
¿No te asusta que no pueda soportarlo?
-le dijo el rascacielos al viento.
Ya está todo dicho, pero seguimos sin entenderlo.
Que te echo de menos, coño.
Que te echo de menos.
Y el miedo de no poder soltarte la proxima vez que te vea, es lo que más temo.
Buenas. Noches.
Noche como hace mucho tiempo, sin gafas, con ganas y solo.
Tres factores que, por suerte, sí que alteran el producto.
Son las 3:37 de la mañana y se me caen los párpados.
No pienso agacharme a recogerlos.
Abriendome la cabeza, arrestando todo impedimento, permitiendome usar todos los sentimientos en mi contra.
Mis ojos. Ojos claros, ojos grandes, ojos chicos, ojos negros.
Espero que cualquier día no revienten, porque no estarás para verlo.
Voy a decorar este silencio.
Se ha vestido demasiado serio. Negro.
¿No te asusta que no pueda soportarlo?
-le dijo el rascacielos al viento.
Ya está todo dicho, pero seguimos sin entenderlo.
Que te echo de menos, coño.
Que te echo de menos.
Y el miedo de no poder soltarte la proxima vez que te vea, es lo que más temo.
Buenas. Noches.
jueves, 17 de julio de 2014
Tengo deudas.
Con una sonrisa de mi talla, ¿quién me la va a dar?
Con un pelo largo, ¿quién me lo va a restregar?
Con unas pecas, ¿quién me las va a enseñar?
Con un estanque.
Cojo aire, todo el aire que puedo, sin poder sentirme gilipollas con un ramo.
Cuando vuelvo del fondo, todos estaban ahogados. No pudieron respirar, mi culpa era.
Guapa llevame, llevame a donde quieras, porque los amores no tienen fronteras.
Con un pelo largo, ¿quién me lo va a restregar?
Con unas pecas, ¿quién me las va a enseñar?
Con un estanque.
Cojo aire, todo el aire que puedo, sin poder sentirme gilipollas con un ramo.
Cuando vuelvo del fondo, todos estaban ahogados. No pudieron respirar, mi culpa era.
Guapa llevame, llevame a donde quieras, porque los amores no tienen fronteras.
Tormenta de verano.
Bueno, va siendo hora de madurar.
De ver que no todo lo oscuro es oscuro, ni que todo lo claro, es claro.
De que todos los besos que me das, ahora son llagas.
Paga, las promesas no se olvidan. Aunque las más piadosas seguirán siendo mentira.
Ya no hay nadie a estas horas y no hay nadie ahora.
¿Mis problemas? Los de siempre.
Los cojo y los llevo al suelo.
Que quiero volverme loco y lo demás es lo de menos.
De ver que no todo lo oscuro es oscuro, ni que todo lo claro, es claro.
De que todos los besos que me das, ahora son llagas.
Paga, las promesas no se olvidan. Aunque las más piadosas seguirán siendo mentira.
Ya no hay nadie a estas horas y no hay nadie ahora.
¿Mis problemas? Los de siempre.
Los cojo y los llevo al suelo.
Que quiero volverme loco y lo demás es lo de menos.
lunes, 7 de julio de 2014
Dos lunas.
Una Luna duplicada que me estremece cada poro de mi piel.
Piel esclava.
Clavandose en esas Lunas.
Mi Luna.
Piel esclava.
Clavandose en esas Lunas.
Mi Luna.
sábado, 5 de julio de 2014
Diario de una Volátil. || VOL. IV
Y la noche tiene un gran defecto, puede prometer la misma luna pero que luego cumpla sus promesas...
Esa mirada oscura se apagó.
O se sumergió.
Se había enamorado de un pez y no se había percatado hasta que le faltó el aire.
La noche es puta.
La resaca del día siguiente es un trozo de lo que se merecían.
Su mayor deseo era desaparecer como un gato burlón y borrar las partes de su cuerpo que no quería utilizar o simplemente soportar.
La mala noticia, que esa habilidad llevaba tiempo.
La buena, porque curiosamente, con algo malo, viene algo bueno, que llegaste tú.
Llegó el aire.
Llegó la calma.
Pero esta se dejó para luego, ahora es tiempo de tornados y tempestades que se curan a base de mordiscos y arañazos.
Que se apaguen las luces.
Que se apague el mundo.
Que se apague la Luna.
Pero no tu sonrisa.
No voy a dejar que eso pase, y el remedio es sonreír cuando tú no puedas hacerlo y acercartela lo máximo que se pueda, para ver si se le pega algo.
Esa mirada oscura se apagó.
O se sumergió.
Se había enamorado de un pez y no se había percatado hasta que le faltó el aire.
La noche es puta.
La resaca del día siguiente es un trozo de lo que se merecían.
Su mayor deseo era desaparecer como un gato burlón y borrar las partes de su cuerpo que no quería utilizar o simplemente soportar.
La mala noticia, que esa habilidad llevaba tiempo.
La buena, porque curiosamente, con algo malo, viene algo bueno, que llegaste tú.
Llegó el aire.
Llegó la calma.
Pero esta se dejó para luego, ahora es tiempo de tornados y tempestades que se curan a base de mordiscos y arañazos.
Que se apaguen las luces.
Que se apague el mundo.
Que se apague la Luna.
Pero no tu sonrisa.
No voy a dejar que eso pase, y el remedio es sonreír cuando tú no puedas hacerlo y acercartela lo máximo que se pueda, para ver si se le pega algo.
domingo, 8 de junio de 2014
Diario de una Volátil. || VOL. III
Después de mojar el poco pan que le quedaba en el primer café del día, buscó silencio.
Una aprobación de su barba. Unas arcadas que no llegaban. Un simple "buenos días, cosa bonita".
Pagó su tardanza. Y eso que siempre tenía prisa.
Estaba en casa y quería irse a casa.
Se abrazaba queriendo abrazar su propio corazón sin llegar a abarcarse del todo.
Ponerse lencería fina era uno de sus hobbys. De hecho, disfrutaba ella sola mirándose al espejo.
Se maravillaba de sí misma.
Como para no hacerlo...
Era día de paga, toca salir.
Un bar con poco que ofrecer y mucho que salvar.
Ella, siempre tan oportuna, giró su cabeza hacia la puerta y lo vio.
Con lo mejor que tenía en su armario y una mirada de lo más oscura.
La noche empezó a prometer.
Y mucho.
Una aprobación de su barba. Unas arcadas que no llegaban. Un simple "buenos días, cosa bonita".
Pagó su tardanza. Y eso que siempre tenía prisa.
Estaba en casa y quería irse a casa.
Se abrazaba queriendo abrazar su propio corazón sin llegar a abarcarse del todo.
Ponerse lencería fina era uno de sus hobbys. De hecho, disfrutaba ella sola mirándose al espejo.
Se maravillaba de sí misma.
Como para no hacerlo...
Era día de paga, toca salir.
Un bar con poco que ofrecer y mucho que salvar.
Ella, siempre tan oportuna, giró su cabeza hacia la puerta y lo vio.
Con lo mejor que tenía en su armario y una mirada de lo más oscura.
La noche empezó a prometer.
Y mucho.
Diario de una Volátil. || VOL. II
Vida era lo que no tenía debido a su salud imperfecta. Le gustaba poco esa palabra pero cuando se trata de estar bien... perfección y precisión casan demasiado bien.
Chica fuerte, como el limón, como un conejo que no deja de correr.
Cuando pudo mirarse al espejo vio exactamente eso. Un conejo con chaleco, con prisas, con una barra de pan que comprar cada día.
Cuando iba, siempre era educada. No le parecía bien vivir sin tener un mínimo de cortesía.
Volvía a casa y en el camino se comía la esquina de cada una de las barras que compraba.
Tiraba el pan cuando llegaba a casa, quería verlo y olerlo.
Aquel hombre olía a pan recién hecho y era tierno como pan recién hecho.
Después de hacer el amor de él no quedaron ni las migas.
De ella, la corteza.
Una mujer complicada, que sabía que era complicada, acababa de complicarse la vida aún más.
Y era feliz.
O eso parecía.
Chica fuerte, como el limón, como un conejo que no deja de correr.
Cuando pudo mirarse al espejo vio exactamente eso. Un conejo con chaleco, con prisas, con una barra de pan que comprar cada día.
Cuando iba, siempre era educada. No le parecía bien vivir sin tener un mínimo de cortesía.
Volvía a casa y en el camino se comía la esquina de cada una de las barras que compraba.
Tiraba el pan cuando llegaba a casa, quería verlo y olerlo.
Aquel hombre olía a pan recién hecho y era tierno como pan recién hecho.
Después de hacer el amor de él no quedaron ni las migas.
De ella, la corteza.
Una mujer complicada, que sabía que era complicada, acababa de complicarse la vida aún más.
Y era feliz.
O eso parecía.
martes, 3 de junio de 2014
Diario de una Volátil. || VOL. I
Va a resultarme algo raro escribir de esto y de esta manera. Busco reivindicación y confío en tenerla. Sin más dilación. Disfrute.
Se trataba de una chica con múltiples habilidades.
Una de ellas era la de bailar.
El baile de los viernes.
El baile de la victoria.
El baile de "pues no bailo tan mal".
El baile de "si me mira, me desmonta".
El baile de una suicida con poco que celebrar.
En uno de esos momentos de baile cíclico y vital, se dio cuenta.
No buscaba magia, sí contundencia.
Buscaba saludar. Decir no, decir sí. Beber todo el café que pudiera. Café era el color de sus ojos posiblemente debido a esas cantidades ingentes de líquido provocador de insomnio.
Qué gracia.
Él le producía ese efecto sin ser café.
Siendo dulce. Amargo. Tenso. Práctico.
Su risa nerviosa era lo único que le mantenía en pie. El ser escéptica sobre esa feria.
Mucho que mirar, poco que observar.
En realidad, por eso no era escéptica.
Lo era porque creía que esa noche iba a ser una noche más, sin embargo, estando él, no estaba tan segura de eso.
Se perdió entre cafés, camisas que le quedaban largas y botones sin coser.
La melodía de sus mañanas, a partir de ese día, eran sollozos. Una melodía que iba a perdurar por cada página de su libro viajero llamado vida. Si es que se merecía tener ese nombre.
Se trataba de una chica con múltiples habilidades.
Una de ellas era la de bailar.
El baile de los viernes.
El baile de la victoria.
El baile de "pues no bailo tan mal".
El baile de "si me mira, me desmonta".
El baile de una suicida con poco que celebrar.
En uno de esos momentos de baile cíclico y vital, se dio cuenta.
No buscaba magia, sí contundencia.
Buscaba saludar. Decir no, decir sí. Beber todo el café que pudiera. Café era el color de sus ojos posiblemente debido a esas cantidades ingentes de líquido provocador de insomnio.
Qué gracia.
Él le producía ese efecto sin ser café.
Siendo dulce. Amargo. Tenso. Práctico.
Su risa nerviosa era lo único que le mantenía en pie. El ser escéptica sobre esa feria.
Mucho que mirar, poco que observar.
En realidad, por eso no era escéptica.
Lo era porque creía que esa noche iba a ser una noche más, sin embargo, estando él, no estaba tan segura de eso.
Se perdió entre cafés, camisas que le quedaban largas y botones sin coser.
La melodía de sus mañanas, a partir de ese día, eran sollozos. Una melodía que iba a perdurar por cada página de su libro viajero llamado vida. Si es que se merecía tener ese nombre.
sábado, 24 de mayo de 2014
Cuando el fuego empieza a quemar.
Y qué pasa cuando te estremecen sin estar al lado tuya. Sea quien sea. Madre, hermano, amada, enemiga, palmada.
Si donde más agusto estoy es en una cama intentando convencerte de que solo quiero dormir, aun durmiendo solamente, rascandote la espalda, dejandome que me leas. Solo y exclusivamente tú.
Ocurre que, sintiendolo mucho, pero mucho, eres una mujer algo paradógica. Quemas de puro frío y en el fondo eres muy superficial. Me provocas rechazo pero necesito estar cerca de ti.
Lo necesito de la manera que solo tú, tu médico y yo sabemos.
Una copa de vino, una noche eterna y tu sonrisa. Cuando todo eso eclipse a la luna alguna noche, moriré de placer.
Lunas Noches.
Si donde más agusto estoy es en una cama intentando convencerte de que solo quiero dormir, aun durmiendo solamente, rascandote la espalda, dejandome que me leas. Solo y exclusivamente tú.
Ocurre que, sintiendolo mucho, pero mucho, eres una mujer algo paradógica. Quemas de puro frío y en el fondo eres muy superficial. Me provocas rechazo pero necesito estar cerca de ti.
Lo necesito de la manera que solo tú, tu médico y yo sabemos.
Una copa de vino, una noche eterna y tu sonrisa. Cuando todo eso eclipse a la luna alguna noche, moriré de placer.
Lunas Noches.
sábado, 17 de mayo de 2014
Del azul al blanco y bajando.
Si digo que la merezco no me creo ni yo mismo.
Creemos que hay para todos y eso es un engaño, bobos.
Yo ya encontré a mi diosa para rezarle. Dejar la amistad para otro rato. Si te gusta, cómele la cara.
A base de comer caras, cada día una diferente pero de la misma persona, estoy cogiendo peso.
Si esto os parece una locura o una utopía, llamadme niño.
Pero que puede que vuelvas a tu casa con la boca azul porque destiño.
Destiño porque a base de guantazos, un "principe", por muy azul que sea, se puede quedar blanco.
Me voy antes de que el amanecer me robe todas las estrellas.
Me guardo una en el bolsillo.
Luego te pillo.
Creemos que hay para todos y eso es un engaño, bobos.
Yo ya encontré a mi diosa para rezarle. Dejar la amistad para otro rato. Si te gusta, cómele la cara.
A base de comer caras, cada día una diferente pero de la misma persona, estoy cogiendo peso.
Si esto os parece una locura o una utopía, llamadme niño.
Pero que puede que vuelvas a tu casa con la boca azul porque destiño.
Destiño porque a base de guantazos, un "principe", por muy azul que sea, se puede quedar blanco.
Me voy antes de que el amanecer me robe todas las estrellas.
Me guardo una en el bolsillo.
Luego te pillo.
miércoles, 14 de mayo de 2014
Despegamos.
Hoy he estado en clase y he mantenido una conversación muy interesante con uno de mis "elegidos".
- Sergio, ¿cuándo nos vamos a casa?
- Pues no lo sé. Supongo de dentro de una hora.
- Pues yo no quiero hacer la ficha.
- ¿Y eso?
- Estoy cansado.
Esa cara que puso para intentar convencerme de que le dejase ir (como si yo pudiera), me convenció como pocas cosas lo han hecho.
- Y yo también estoy cansado corazón, pero no podemos irnos.
- Pues yo quiero irme.
- ¿Sabes lo que quiero yo?
- ¿El qué?
- Una nave espacial.
- ¿Y eso para qué?
- Pues para irme lejos.
Una sonrisa era el final de la conversación.
En el momento en el cuál pensé lo que quería, me vino a la cabeza eso. Una nave espacial. Para ser más concretos, que me lleve a Granada y preferiblemente acompañado. Por ti.
En despegar con un dolor al hacerlo que no pueda pensar en otra cosa durante horas. Despegarme de ti.
De tu piel.
De tus manos y de tu boca.
De cada gota de sudor que emana de tu cuerpo.
Si es que me vuelves loco. Más, aún.
Y claro, en esos momentos me da por pensar en ti. Y eso me puede destrozar pero... ya pensaré cómo salgo de esa nave en caso de "siniestro total".
- Sergio, ¿cuándo nos vamos a casa?
- Pues no lo sé. Supongo de dentro de una hora.
- Pues yo no quiero hacer la ficha.
- ¿Y eso?
- Estoy cansado.
Esa cara que puso para intentar convencerme de que le dejase ir (como si yo pudiera), me convenció como pocas cosas lo han hecho.
- Y yo también estoy cansado corazón, pero no podemos irnos.
- Pues yo quiero irme.
- ¿Sabes lo que quiero yo?
- ¿El qué?
- Una nave espacial.
- ¿Y eso para qué?
- Pues para irme lejos.
Una sonrisa era el final de la conversación.
En el momento en el cuál pensé lo que quería, me vino a la cabeza eso. Una nave espacial. Para ser más concretos, que me lleve a Granada y preferiblemente acompañado. Por ti.
En despegar con un dolor al hacerlo que no pueda pensar en otra cosa durante horas. Despegarme de ti.
De tu piel.
De tus manos y de tu boca.
De cada gota de sudor que emana de tu cuerpo.
Si es que me vuelves loco. Más, aún.
Y claro, en esos momentos me da por pensar en ti. Y eso me puede destrozar pero... ya pensaré cómo salgo de esa nave en caso de "siniestro total".
lunes, 5 de mayo de 2014
No me dejes.
Antes de comenzar con noches chocantes y mordeduras propias, quería aclarar que he elegido esta letra para que quien me lea, quiera leerme de verdad y se esfuerce por entenderla. Cierta similitud con la mia pero siendo FEA, no como esta tan PRECIOSA.
Sin más dilación. "Bien viaje."
No me dejes.
Es lo que mis dedos me susurran cada vez que me sueltas la mano.
Algo impuesto. Todo puesto. Mala suerte.
Me paso los dedos por la nariz para oler cada poro de tu piel.
Caen a mis labios para saborearte. Ojos hacia atrás. Del placer.
- Nada, lo tuyo no es normal.
Como si algo en ella fuera normal.
- ¿Lo mío? ¿Qué quieres decir con eso?
- Pues tú. Tu piel, tus manos, tu culo...
- ¿Mi culo?
- Sí hija sí, que me tienes loco.
- ¿Sabes qué?
- Que las mejores pers...
- Que te quiero.
Lo bueno se hace esperar. Cuando llega, se disfruta mucho más. No lo he disfrutado. Lo he vivido.
Gracias por decirmelo pero..."amore"... querernos lo llevamos haciendo desde que la luna te echó un ojo. Un ojo porque el otro estaba en las luces de aquel sitio.
Gracias por absolutamente todo.
Lo único que sé a ciencia cierta es que voy a estar aquí para lo que sea. Como sea. Y donde sea. Pero contigo.
"Bien viaje" y... no me dejes de maravillar cada día que pase. Aunque bueno, una persona maravillosa no puede evitar maravillar continuamente.
Más
Que
A
Mi
Vida.
Siento si molesta "oír" esto pero, lo siento, fea.
LN.
Sin más dilación. "Bien viaje."
No me dejes.
Es lo que mis dedos me susurran cada vez que me sueltas la mano.
Algo impuesto. Todo puesto. Mala suerte.
Me paso los dedos por la nariz para oler cada poro de tu piel.
Caen a mis labios para saborearte. Ojos hacia atrás. Del placer.
- Nada, lo tuyo no es normal.
Como si algo en ella fuera normal.
- ¿Lo mío? ¿Qué quieres decir con eso?
- Pues tú. Tu piel, tus manos, tu culo...
- ¿Mi culo?
- Sí hija sí, que me tienes loco.
- ¿Sabes qué?
- Que las mejores pers...
- Que te quiero.
Lo bueno se hace esperar. Cuando llega, se disfruta mucho más. No lo he disfrutado. Lo he vivido.
Gracias por decirmelo pero..."amore"... querernos lo llevamos haciendo desde que la luna te echó un ojo. Un ojo porque el otro estaba en las luces de aquel sitio.
Gracias por absolutamente todo.
Lo único que sé a ciencia cierta es que voy a estar aquí para lo que sea. Como sea. Y donde sea. Pero contigo.
"Bien viaje" y... no me dejes de maravillar cada día que pase. Aunque bueno, una persona maravillosa no puede evitar maravillar continuamente.
Más
Que
A
Mi
Vida.
Siento si molesta "oír" esto pero, lo siento, fea.
LN.
Abriendo boca.
Tan solo eran dos.
Y se fueron las pausas,
los minutos, las horas,
los ronquidos, la lluvia.
Cayeron las agujas,
como gotas de plata
envueltas en el manto
de una noche fría.
Se descompuso el tiempo.
Eran dos, dos y un mundo,
un mundo helado, lejos,
eco del universo:
ellos eran el mundo,
que giraba(n) en una habitación.
Y se fueron las pausas,
los minutos, las horas,
los ronquidos, la lluvia.
Cayeron las agujas,
como gotas de plata
envueltas en el manto
de una noche fría.
Se descompuso el tiempo.
Eran dos, dos y un mundo,
un mundo helado, lejos,
eco del universo:
ellos eran el mundo,
que giraba(n) en una habitación.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)