lunes, 3 de noviembre de 2014

Declaración de horror.

Noche oscura. Tan oscura que solo la luz del monitor alumbra.
Noche como hace mucho tiempo, sin gafas, con ganas y solo.
Tres factores que, por suerte, sí que alteran el producto.
Son las 3:37 de la mañana y se me caen los párpados.
No pienso agacharme a recogerlos.
Abriendome la cabeza, arrestando todo impedimento, permitiendome usar todos los sentimientos en mi contra.
Mis ojos. Ojos claros, ojos grandes, ojos chicos, ojos negros.
Espero que cualquier día no revienten, porque no estarás para verlo.
Voy a decorar este silencio.
Se ha vestido demasiado serio. Negro.
¿No te asusta que no pueda soportarlo?
-le dijo el rascacielos al viento.
Ya está todo dicho, pero seguimos sin entenderlo.
Que te echo de menos, coño.
Que te echo de menos.
Y el miedo de no poder soltarte la proxima vez que te vea, es lo que más temo.
Buenas. Noches.

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