martes, 3 de junio de 2014

Diario de una Volátil. || VOL. I

Va a resultarme algo raro escribir de esto y de esta manera. Busco reivindicación y confío en tenerla. Sin más dilación. Disfrute.


Se trataba de una chica con múltiples habilidades.
Una de ellas era la de bailar.
El baile de los viernes.
El baile de la victoria.
El baile de "pues no bailo tan mal".
El baile de "si me mira, me desmonta".
El baile de una suicida con poco que celebrar.
En uno de esos momentos de baile cíclico y vital, se dio cuenta.
No buscaba magia, sí contundencia.
Buscaba saludar. Decir no, decir sí. Beber todo el café que pudiera. Café era el color de sus ojos posiblemente debido a esas cantidades ingentes de líquido provocador de insomnio.
Qué gracia.
Él le producía ese efecto sin ser café.
Siendo dulce. Amargo. Tenso. Práctico.
Su risa nerviosa era lo único que le mantenía en pie. El ser escéptica sobre esa feria.
Mucho que mirar, poco que observar.
En realidad, por eso no era escéptica.
Lo era porque creía que esa noche iba a ser una noche más, sin embargo, estando él, no estaba tan segura de eso.
Se perdió entre cafés, camisas que le quedaban largas y botones sin coser.
La melodía de sus mañanas, a partir de ese día, eran sollozos. Una melodía que iba a perdurar por cada página de su libro viajero llamado vida. Si es que se merecía tener ese nombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario