domingo, 8 de junio de 2014

Diario de una Volátil. || VOL. II

Vida era lo que no tenía debido a su salud imperfecta. Le gustaba poco esa palabra pero cuando se trata de estar bien... perfección y precisión casan demasiado bien.
Chica fuerte, como el limón, como un conejo que no deja de correr.
Cuando pudo mirarse al espejo vio exactamente eso. Un conejo con chaleco, con prisas, con una barra de pan que comprar cada día.
Cuando iba, siempre era educada. No le parecía bien vivir sin tener un mínimo de cortesía.
Volvía a casa y en el camino se comía la esquina de cada una de las barras que compraba.
Tiraba el pan cuando llegaba a casa, quería verlo y olerlo.
Aquel hombre olía a pan recién hecho y era tierno como pan recién hecho.
Después de hacer el amor de él no quedaron ni las migas.
De ella, la corteza.
Una mujer complicada, que sabía que era complicada, acababa de complicarse la vida aún más.
Y era feliz.
O eso parecía.

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