viernes, 12 de mayo de 2017

Extremo.

Heladora; dolorosa y excitante.

Así te siento.´
Así me siento.

Llevo un tiempo en un bucle de estados.

Desolación, seguido de euforia, terminando en latencia.

Me sitúo en el extremo de tus cuchillos,
aquellos que detestas compartir.
Aquellos que amas más que a un pequeño ser.

Por ejemplo, arañas.

Arañas mi piel.
La que no está tatuada.
La que poca gente ve.

Y duele.

Siempre he pensado que si alguien te duele, es porque es importante.
Lo importante es que te sane.
Te repare.
Te prepare.

Para lo que viene de su parte,
de la mía propia.
De apartarte el pelo,
para poder morder mucho más a placer.

Lo que escribo puede parecer triste,
pero mucho más lejos de la realidad no puede estar.

Estoy pleno cuando te escucho,
cuando te hablo,
cuando me callo.

Me callo por necesidad,
por ambigüedad.

Por cada una de las cosas
que no te digo,
pero que, sin duda,
forman parte de

mi extrema

de
bi
li
dad.










Lunas noches.

No hay comentarios:

Publicar un comentario