Permítame ponerme serio.
¿Me lo permite?
Si la respuesta es no, deje de leer.
Si la respuesta es sí,
disfrute mucho
y
bien.
Cuando te vi, lo supe.
Hacerlo contigo iba a ser puro verano.
Genialidad.
Mordiscos y visceralidad.
Lo que no me esperaba es que me gustara tanto.
No vengo a regalarle la vista, no tengo necesidad alguna.
Antes de, yo ya había vivido veranos.
Genialidades.
Mordiscos y visceralidades.
Pero lo que no he vivido es la obsesión con su verano,
que, cuando haga falta, mando al cuerno tu invierno.
No sé qué me ha hecho, pero no es nada bueno.
Al menos, no a corto plazo, donde estamos lejos.
Donde la distancia se vuelve veneno.
Tengo que citar a un grande, Andrés Suarez:
"Si tú no ves a una persona y no se enamora como tú de ella, sal de ahí."
Hace no mucho, estaba muy de acuerdo.
Hoy por hoy, no puedo estar más en desacuerdo.
No se quiere a primera vista, eso sería un completo desastre.
No se puede pretender ser la misma prioridad en la vida de otra persona que acabas de conocer, como ella lo es en la tuya.
No se puede segregar de esa manera tan drástica a una persona que puede ser lo más grande.
No se puede atar a nadie. Nunca.
Vaya, yo que quería ponerme serio, y acabo hablando del amor.
Supongo que pensarte en demasía es lo que tiene.
Que me quiera acercar a tu pelo,
a tus ojos, a tu cuerpo,
hasta que todo se queme.
Cómo se te ha podido pasar por ese palacio que tienes por cabeza que se me había olvidado que vienes el 17.
Con las ganas
que tengo
de
beberte.
Y de verte,
pero desde aquí ↓ ↓ ↓ ↓ ↓ ↓ ↓ ↓ ↓ ↓ ↓
Lunas noches. L.
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