martes, 27 de agosto de 2019

Sorpresa.

Después de sanar cicatrices, vienen los ibuprofenos.
No queremos infecciones ni dolores, queremos.
A secas. Mojándonos los labios con lo primero que tenemos a mano.

Ojalá y sea tu culo.

Bajo con mis peores galas.
Me entero, después, que así es como te gusto.

Niña, yo no sé por qué te quitas, si sabes que me tienes de rodillas.
Tú solo quieres perderte y yo sé que si voy corriendo, tú,
me pillas.

Se coge el coche para ir por gasolina.
El amor estaba lleno. Las ojeras, vacías.

Tiro colchón al suelo para acabar durmiendo solo.
Trato de rasparte las costillas con algún chiste subido de tono.
Me miras raro, te apartas.

No me vienes a ver sin avisarlo,
vas a ver qué te tira.

Me dijiste que ninguno tiene el mando,
pero,
sorpresa,

es mentira.


















Lunas noches.

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