miércoles, 28 de septiembre de 2016

Sempiterno.

Es una palabra que siempre me ha llamado la atención.
"Sempiterno es algo que tiene principio, pero no tiene fin."

Otra palabra que siempre me ha llamado: Serendipia.
"Hallazgo fortuito e inesperado que se realiza cuando buscabas otra cosa."

Buah.

Sempiterna y serendipia.

Creo haber leído que son tus apellidos.

Pero, ¿lo sempiterno no debería pertenecer a los dioses?
Es decir,
todo tiene final.

Sea bonito, feo,
fea.
Pero con final.

Qué va.
Cuando te pellizca el corazón, que puede durar entre un segundo y una vida, se vuelve sempiterno.
El sentimiento, la garra.

Las cicatrices.
Las ganas de comerse.

Hoy es noche de escribir, de rizar.
De llorar.

De alegría, por verte el cuello desde el escritorio en el que escribo.
De pena, por estar imaginándolo.

Me voy, no vaya a ser que venga octubre, y me pille así.
Mirando la luna, pensando sin pensar.
Estando sin estar.

Pero sabiendo que lo que este siente, es sempiterno.
Y, cómo no,
"siempre serendipia".








Lunas noches.


No hay comentarios:

Publicar un comentario