miércoles, 28 de septiembre de 2016

Cuando aprieta el corazón.

Como he dicho, hoy es día de escribir.
De escribir bien.
Con miel.
Sobre tu piel.

Bueno, empecemos, que la noche es larga, y yo soy fácil de convencer:


Eran una pareja de lo más peculiar.
Tenían, qué carajo digo, tienen canas, arrugas.
Ojos brillosos cada dos por tres.

Viven en un pisito, al lado izquierdo de mi corazón.

Ahí se dicen cosas bonitas.

- Toma la sal.- Le dice María mientras le acaricia la mano al retirar la suya.
- Qué bien estamos aquí, ¿no?
- Sí, aunque estaría bien poder salir un rato.
- La verdad que sí. Pero luego volver a entrar eh.
- Sí, claro.- Exclama ella, con una sonrisa en la cara.

Bueno, ahora que hemos acabado de comer, podríamos ir a la cama un rato.
- ¿A la cama, María? ¿Quieres echar la siesta?
- Sí, claro.- Volvió a expresar con la misma cara de antes.

Y allí, los dos, entre sábanas, se sinceraron.

- Te quiero mucho, María.
- Algunas veces, siendo sincera, me olvido de ti. No me preocupo, vuelvo a verte, y sé que te quiero.

Se fundieron en un beso casi tan largo como la llorera que me estoy pegando.


Hicieron el amor.
En mitad, ella sufrió un ataque de amnesia.

Y, ¿sabéis qué?

Le amó con vergüenza,
con pasión,
como si fuera un desconocido.

Y ese día,
esa noche,
esa vida,
la repitieron como si de algo sempiterno se tratara.

- Vuélvete a la cama, anda.

Y así infinitamente.










Lunas noches.

Sempiterno.

Es una palabra que siempre me ha llamado la atención.
"Sempiterno es algo que tiene principio, pero no tiene fin."

Otra palabra que siempre me ha llamado: Serendipia.
"Hallazgo fortuito e inesperado que se realiza cuando buscabas otra cosa."

Buah.

Sempiterna y serendipia.

Creo haber leído que son tus apellidos.

Pero, ¿lo sempiterno no debería pertenecer a los dioses?
Es decir,
todo tiene final.

Sea bonito, feo,
fea.
Pero con final.

Qué va.
Cuando te pellizca el corazón, que puede durar entre un segundo y una vida, se vuelve sempiterno.
El sentimiento, la garra.

Las cicatrices.
Las ganas de comerse.

Hoy es noche de escribir, de rizar.
De llorar.

De alegría, por verte el cuello desde el escritorio en el que escribo.
De pena, por estar imaginándolo.

Me voy, no vaya a ser que venga octubre, y me pille así.
Mirando la luna, pensando sin pensar.
Estando sin estar.

Pero sabiendo que lo que este siente, es sempiterno.
Y, cómo no,
"siempre serendipia".








Lunas noches.


miércoles, 21 de septiembre de 2016

Cosas que tengo que decirte, parte 3.

El amor no es completarse,
igual que la educación no es educarse.


Igual que tus labios son invierno.

Como tus piernas, el mayor de los diluvios.








Lunas noches.

sábado, 17 de septiembre de 2016

Cosas que tengo que decirte, parte 2.

Frágil es la palabra.

Que me rompa sin que me toques...


Vamos a curar las heridas
que me hacen tus costillas.

Se confunden con mi risa y...

pasa lo que pasa, por las prisas.






Lunas noches.

viernes, 16 de septiembre de 2016

miércoles, 14 de septiembre de 2016

¿De verdad lo es?

El torero dice amar al toro.

¿De verdad eso es amar?

Espero no amar en mi vida.





Lunas noches.

martes, 13 de septiembre de 2016

Primera noche de invierno.

Primera noche de frío.
Síntoma de nuevo año.
Que vengan ilusiones.
Por ejemplo;

Ver unas manos escribiendo caricias que se convierten en poesía,
oler el frío y sentir el otoño en su piel.

Besar una sonrisa con más efecto de lejía,
para que haya un invierno de papel.

Que lo único que adorne tu mesita
sean tres balas y un pintalabios.

Para que cuando recargue mi mirada,
tenga posibilidades de morir en vida.

De buscar una manta.
De llorar cuando haga falta.

Mejor quedamos luego,
para destrozarnos la vida.

No vaya ser que llegue el día
en el que nos quememos con la llama.

Que sepas que, si eso pasa,
ya no podremos tejer un descosido o un roto,
ni siquiera podríamos bordarlo.

Y sería una verdadera pena,
ya que este invierno
ni siquiera
a
empezado.






Lunas noches.

viernes, 9 de septiembre de 2016

Entrada prohibida.

Tengo que cumplir conmigo mismo cuando me prohíbo.
Me censuro.
Me curo.

La piel es de quien la eriza.
O eso dicen.

Yo creo que la piel es de quien la arranca.
Para que salga el alma.
Ese laberinto que a todos nos protege, y pocos llegan a comprender.

Te lo digo claro, te quiero.
Te lo digo oscuro, me hiero.









Lunas noches.