Se está yendo la luz cada poco rato.
Cada vez tarda más en volver.
Menuda metáfora.
Lunas noches.
martes, 16 de agosto de 2016
sábado, 13 de agosto de 2016
Gustos, colores.
Me hubiera gustado que compartiéramos más cosas.
Me hubiera gustado que te hubieran gustado los videojuegos.
Tocar música.
Leer mucho más de lo que es humanamente posible.
Me hubiera gustado que precisaras del boca a boca debajo de tus enaguas.
Que no te gustara cocinar tanto.
Me hubiera gustado escuchar la verdad.
La verdad verdadera.
Me hubiera gustado no tener los ojos negros.
Que tu alma fuera morada.
Que nuestros cuerpos hicieran un arcoíris mucho más grande que las ganas que nos profesamos.
Me hubiera gustado que hubieras apagado la luna,
te quiero a oscuras.
Pero claro, para gustos,
colores.
Lunas noches.
Me hubiera gustado que te hubieran gustado los videojuegos.
Tocar música.
Leer mucho más de lo que es humanamente posible.
Me hubiera gustado que precisaras del boca a boca debajo de tus enaguas.
Que no te gustara cocinar tanto.
Me hubiera gustado escuchar la verdad.
La verdad verdadera.
Me hubiera gustado no tener los ojos negros.
Que tu alma fuera morada.
Que nuestros cuerpos hicieran un arcoíris mucho más grande que las ganas que nos profesamos.
Me hubiera gustado que hubieras apagado la luna,
te quiero a oscuras.
Pero claro, para gustos,
colores.
Lunas noches.
sábado, 6 de agosto de 2016
Cuando te empecé a querer.
Dejé de ser cobarde.
De mirarme.
De mimarte.
Empecé a vivirte.
A ver en el espejo cada pelusa que,
con tu permiso,
recorría tu espalda.
Cuando te empecé a querer,
de una forma u otra,
empecé a crecer.
A viajar.
Sin moverme.
Lo justo, en realidad.
No quiero pensar en lo que será de mí,
cuando deje de quererte.
Cuando me de igual.
Cuando me porte mal.
O bien.
Pero esté.
Sea.
Sienta.
Lunas noches.
De mirarme.
De mimarte.
Empecé a vivirte.
A ver en el espejo cada pelusa que,
con tu permiso,
recorría tu espalda.
Cuando te empecé a querer,
de una forma u otra,
empecé a crecer.
A viajar.
Sin moverme.
Lo justo, en realidad.
No quiero pensar en lo que será de mí,
cuando deje de quererte.
Cuando me de igual.
Cuando me porte mal.
O bien.
Pero esté.
Sea.
Sienta.
Lunas noches.
jueves, 4 de agosto de 2016
El robot y la luna.
El robot, enamorado, miraba a la luna cada noche.
Pensando en sus cráteres, su tacto, su aire.
Pensaba en cómo iba a pedirle matrimonio.
Pensaba en la manera en la que iba a entregarse en cuerpo y tuercas.
De tener alma, también la habría entregado.
Un día, comiendo su chocolate favorito, ese que le hacía funcionar sus mecanismos, le tocó un premio.
El premio consistía en viajar a la propia luna.
No podía creer que, todo aquello que sentía desde que tenía consciencia, iba a convertirse en realidad.
Meses después, se dispuso a viajar a la luna.
Montó en el cohete.
Se puso su traje,
y voló hacia ella.
Al llegar allí, después de todo el viaje pensando en ella, se dispuso a disfrutar.
Lo primero que hizo, fue tocar el suelo lunar, tocar la superficie de su amada.
Respiró el aire de su amada.
Sintió cada rincón de su amada.
Pisó a su amada.
Ahí, la luna, enfadada, le dijo:
- Me acabas de hacer bastante daño al pisarme.
- Perdona.- dijo el robot. No era mi intención hacerte daño, de hecho...
La luna, muy enfadada, sentenció:
- Pedirás perdón, pero nunca
tendrás mi
absolución.
Lunas noches.
Pensando en sus cráteres, su tacto, su aire.
Pensaba en cómo iba a pedirle matrimonio.
Pensaba en la manera en la que iba a entregarse en cuerpo y tuercas.
De tener alma, también la habría entregado.
Un día, comiendo su chocolate favorito, ese que le hacía funcionar sus mecanismos, le tocó un premio.
El premio consistía en viajar a la propia luna.
No podía creer que, todo aquello que sentía desde que tenía consciencia, iba a convertirse en realidad.
Meses después, se dispuso a viajar a la luna.
Montó en el cohete.
Se puso su traje,
y voló hacia ella.
Al llegar allí, después de todo el viaje pensando en ella, se dispuso a disfrutar.
Lo primero que hizo, fue tocar el suelo lunar, tocar la superficie de su amada.
Respiró el aire de su amada.
Sintió cada rincón de su amada.
Pisó a su amada.
Ahí, la luna, enfadada, le dijo:
- Me acabas de hacer bastante daño al pisarme.
- Perdona.- dijo el robot. No era mi intención hacerte daño, de hecho...
La luna, muy enfadada, sentenció:
- Pedirás perdón, pero nunca
tendrás mi
absolución.
Lunas noches.
martes, 2 de agosto de 2016
Plumas.
Eres libre, más que muchos pájaros.
Tu felicidad no depende de nadie.
Solo de ti misma.
Tienes una mente color claro.
Rojo y verde en cada pie.
No tengas prisa.
Vengo a recoger tus plumas.
A tirarte del pelo.
A hacerte risa.
Te veo irte lejos.
Obvio, eres más libre que muchos pájaros.
Solo llevas tu vestido,
tus tacones,
y una sonrisa.
"Bien" viaje,
mi
pequeña
Alicia.
Lunas noches,
Tu felicidad no depende de nadie.
Solo de ti misma.
Tienes una mente color claro.
Rojo y verde en cada pie.
No tengas prisa.
Vengo a recoger tus plumas.
A tirarte del pelo.
A hacerte risa.
Te veo irte lejos.
Obvio, eres más libre que muchos pájaros.
Solo llevas tu vestido,
tus tacones,
y una sonrisa.
"Bien" viaje,
mi
pequeña
Alicia.
Lunas noches,
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