viernes, 29 de julio de 2016

Reincidencia.

Cuando un delincuente vuelve a cometer un delito, se le llama reincidencia.

Amarte no es reincidencia.
Puesto que solo te he amado una vez.

Pero sí que volvería a aquella cárcel.






Lunas noches.

miércoles, 27 de julio de 2016

Roy Galán.

Haz que no parezca amor.
Que es lo que se lleva ahora.

Tú dices libre y yo digo cobarde.
...

Cobarde todo aquel que no es capaz de comprometerse con el instante.
Cobarde todo aquel que no esté presente cuando el otro está desnudo y vulnerable.
Cobarde todo aquel que puso un límite desde el principio.

Yo es que no quiero nada serio.

Como si no fuera lo suficientemente serio estar dentro físicamente de otro ser humano.

Yo es que no creo en las etiquetas.
Como si ponerle nombre a las cosas fuera algo malo.

Yo es que busco pasar el rato.
Como si la vida fuera para siempre.

Hay algo tan neurótico en nuestra manera actual de relacionarnos.
Tan irrespetuoso con la vida.
Tan impaciente.

Y queremos más: más picante, más gorda, más grandes, más altos, más guapas, más fuertes, más delgadas.

Nos aburrimos porque no nos soportamos a nosotros mismos.

Porque no queremos que nadie nos conozca.

Porque es más sencillo empezar de nuevo cada dos años vendiendo nuestra mejor cara.

Porque es mucho más sencillo follar que limpiar lo follado.
Porque tenemos miedo a que en el fondo seamos un auténtico fraude.
A que cuando el otro arañe un poco vea que no hay nada.
Nada serio.
Y aquí seguimos rascando, cambiando cromos repetidos, poniéndonos ropa interior cara para que otros se limpien los pies al entrar.

Haciendo del amor una servidumbre de paso.

¿No sientes a veces que tú vales más que todo eso que haces?
Que tú eres un jodido milagro.
Con tus ojos que todavía pueden ver.
Con tu pies moviéndose para llevarte al lugar que quieras.
Con tu boca capaz de dar las gracias.
Con tu piel ocupando una plaza en el mundo.

¿No sientes a veces que tú te mereces más que lo poco que te hacen?
Dos besos mal pegados.
Tres minutos entre las piernas.
Cinco embestidas.

Y un WhatsApp:
No me agobies.

Lo más triste es que esta sociedad nuestra ha conseguido invertir los papeles.

Ahora si dices que sientes algo, estás loco.
Es muy pronto.
Muy arriesgado.
Poco inteligente.

Dime tú, cómo lo haces para no sentir algo cuando lo haces.

¿Cómo se finge la vida?
Cómo se hace para que nunca parezca amor.

Y que simplemente parezca un accidente.
*Roy Galán*







Quería compartir esta entrada de este gran autor que no mucha gente conoce.
Dejemos la toxicidad para hablar de "maravillosidad".
De "muchedad".

Solo me queda decir que no puedo estar más de acuerdo.

Poca noche la de hoy.

martes, 19 de julio de 2016

Tus zonas erróneas.



Una de las cosas que, con más cariño recuerdo de mi etapa en el instituto fue la suerte de que un profesor me diera clase.
Me enseñaba mucho más allá de lo que, se supone, debía enseñarme.
Me otorgó la capacidad de amar un deporte.
La capacidad de pensar por mí mismo.
De luchar por lo que quiero.
De no luchar por lo que no lo merece.

Y me enseñó una historia.
La tituló: "El monstruo de las dos espaldas".
En la antigüedad, la tierra la habitaban unos seres con dos espaldas.
Cuatro brazos, cuatro piernas, y dos rostros.
Uno mirando a cada lado.
Pero sin pecho.
Sin parte delantera. O trasera.
Dos espaldas.

Los dioses, celosos del amor de estos seres, usaron su poder para separarlos.
Se creo, así, el hombre.
La mujer. El ser humano.

Desde entonces, vagamos por el mundo buscando nuestra otra mitad para provocar, una vez más, la ira de los dioses al unirse y convertirse en el monstruo de dos espaldas.


Esa historia se me quedó grabada a fuego.
Como todas las demás enseñanzas.
Qué suerte tuve.

Mala suerte la mía creer que un cuento pudiera ser real.

En cualquier relación humana en la cual dos personas se convierten en una, el resultado siempre será dos medias personas. "


No se puede creer que vas buscando una mitad, puesto que reducirías tu existencia a la mitad, para formar un todo. Un uno.

Qué va.

Aquí se está para hacer lo que te haga feliz.
Te haga daño o no.
Si te hace feliz, es todo lo que necesitas.

Incluso ser una mitad.

Aunque está un poco jodida la cosa
si entregas tus dos mitades
y recibes
un puñado de mensajes
que dicen:
"Ahora que soy uno/a gracias a tu mitad,
ve y pide otra
que, ahora mismo,
tengo agujetas
de
tanto
amar."

Menos mal que la mecánica del corazón
está
para
arreglar.











Lunas noches.


domingo, 10 de julio de 2016

Anoche.

Anoche
vi a mi musa en un bareto de mala muerte.

"Vámonos de aquí para no volver"
me dije.

Mi musa me cogió del brazo, y me dijo:
- ¿Cómo estás?


- Estando, sin estar.


Me besó.
Se fue y...
Vino

Mucho vino.

Para olvidar
que se me olvidó preguntar
"cómo
estás".













domingo, 3 de julio de 2016

Me jode.

Me jode este país de mierda.

Me jode que la gente
no se quiera.

No es una novedad, pero me jode.

Me jode la compañía,
pero también la soledad.

Mejor estar de pie,
que joderme sin callar.

Me jode querer.
Me jode odiar.

Me jode pensar.
Pensarte de más.

Pero trato de pensar que no le quiero para que no me importe.
Para que no me duela.

Lo pienso, nada más.
No lo siento.
Pero me jode.

Lo mejor será asimilar
que me jodes
sin estar.

Aunque lo que no sabes
es que estando
joder...
estando
dueles
más.





Lunas noches.