jueves, 17 de julio de 2014

Tengo deudas.

Con una sonrisa de mi talla, ¿quién me la va a dar?
Con un pelo largo, ¿quién me lo va a restregar?
Con unas pecas, ¿quién me las va a enseñar?
Con un estanque.
Cojo aire, todo el aire que puedo, sin poder sentirme gilipollas con un ramo.
Cuando vuelvo del fondo, todos estaban ahogados. No pudieron respirar, mi culpa era.
Guapa llevame, llevame a donde quieras, porque los amores no tienen fronteras.

Tormenta de verano.

Bueno, va siendo hora de madurar.
De ver que no todo lo oscuro es oscuro, ni que todo lo claro, es claro.
De que todos los besos que me das, ahora son llagas.
Paga, las promesas no se olvidan. Aunque las más piadosas seguirán siendo mentira.
Ya no hay nadie a estas horas y no hay nadie ahora.
¿Mis problemas? Los de siempre.
Los cojo y los llevo al suelo.
Que quiero volverme loco y lo demás es lo de menos.

lunes, 7 de julio de 2014

Dos lunas.

Una Luna duplicada que me estremece cada poro de mi piel.
Piel esclava.
Clavandose en esas Lunas.
Mi Luna.

sábado, 5 de julio de 2014

Diario de una Volátil. || VOL. IV

Y la noche tiene un gran defecto, puede prometer la misma luna pero que luego cumpla sus promesas...
Esa mirada oscura se apagó.
O se sumergió.
Se había enamorado de un pez y no se había percatado hasta que le faltó el aire.
La noche es puta.
La resaca del día siguiente es un trozo de lo que se merecían.
Su mayor deseo era desaparecer como un gato burlón y borrar las partes de su cuerpo que no quería utilizar o simplemente soportar.
La mala noticia, que esa habilidad llevaba tiempo.
La buena, porque curiosamente, con algo malo, viene algo bueno, que llegaste tú.
Llegó el aire.
Llegó la calma.
Pero esta se dejó para luego, ahora es tiempo de tornados y tempestades que se curan a base de mordiscos y arañazos.
Que se apaguen las luces.
Que se apague el mundo.
Que se apague la Luna.
Pero no tu sonrisa.
No voy a dejar que eso pase, y el remedio es sonreír cuando tú no puedas hacerlo y acercartela lo máximo que se pueda, para ver si se le pega algo.