Bueno, aquí estoy en mi piso de Graná, con ganas de no estar aquí.
Por los exámenes (o no) y escuchando música a un volúmen bastante alto, aprovechando que no hay nadie. Excepto yo.
Excepto. Eso quiere decir que ni yo estoy. Y algo de razón tengo.
Paso a escribir un poco. Y... eso, que paso.
- ¿Cómo estás, tío?
- Bueno, ha habido tiempos mejores pero ahí vamos. ¿Y tú?
- Pues bien, lo he dejado con Istar.
- ¿Istar? ¿Aquella chica del erasmus de hace un año? No tenía ni idea de que estábais juntos.
- Sí, bueno... ya no lo estamos.
- ¿Y qué ha pasado? Si no es mucho preguntar...
- No, tranquilo. Ya que voy a contartelo, voy a empezar desde el principio.
Tragué saliva y miré a mi derecha.
- No se me dan bien las mujeres, como bien sabes, así que cuando la conocí en el viaje pues ni le hablé... era demasiado guapa y miraba demasiado. A todo. Supongo que eso aumento mis ganas de hablar con ella.
Hubo una fiesta en la que ella estaba sola, y miraba siempre al vaso, ese vaso sudado, con un cubito, y con, seguramente, sabor a ron.
Luis me dijo de irnos a fumar y..
- Un momento, ¿tú fumas?
- Quería parecer interesante en ese momento, una estupidez como la copa de un pino pero... todos lo hemos hecho alguna vez, ¿no?
- Yo me disfracé de mono para que se riera una mujer.
- Fumar es más digno, aunque más perjudicial. Eso del mono es más sano. Como te iba diciendo, me salí con Luis a fumar. Yo no paraba de mirarla y de repente... se puso a llorar.
- ...
- Me acerqué como buen caballero y le pregunté si necesitaba algo o si podía ayudarle que me lo dijera, nada de ser un plasta preguntando qué le pasaba. Entonces se secó los ojos, me miró y me dijo: "quiero un hombre como tú, pero sin ser tú".
- ¿Qué cojones?
- Como lo oyes, los ojazos negros más bonitos de Polonia me estaban retorceiendo cada fibra del corazón.
- Qué putada...
- La putada viene ahora. Le pedí una explicación a eso y me dijo que era una absurdez, que no lo tuviera en cuenta. Y me besó.
- ¿Dónde?
- En el labio de arriba, mientra me tapaba las orejas.
- Qué chica más rara.
- Qué maravillosa estupidez. Tuvimos una relación que duró 6 meses. Todo iba bien y un día me dijo que tenía que volver a su país por una operación que le iban a practicar a su padre.
- Qué faena, macho.
- Era mentira.
- ¿Cómo lo sabes?
- Me fui con ella. En un principio no quería pero al final aceptó con una cara de desolación digna de una guerra. Y eso era lo que se avecinaba. Cuando llegamos a su país, a su casa, casi me matan. Estaba prometida y había ido a casarse. Querían matarme y al final coló decirles que yo era un amigo el cuál prefería la compañía de hombres...
- Qué cojo..
- Pues bien, se casó. Y yo fui el padrino puesto que su padre estaba bastante enfermo.
- Padrino de la boda de la mujer a la que amas. Qué ironía.
- La ironía fue que no tuve valor a parar aquello, cogerla y llevarmela lejos de allí. Siempre he sido un cobarde. Pero no un cobarde para recordar y eso me jode aún más.
- Bueno, ya estás bien, en tu casa y con toda una vida por delante, olvídate de eso y ya.
- ¿Olvidarme? ¿De algo que quiero como no he querido nunca nada? Que le estás diciendo a alguien "aléjate de mi, porque... porque no te quiero ver más" y la manera más cavernícola de decirlo es gritándolo "NO TE QUIERO VER MÁS..."
...
...
... Querer lo que te hace daño, tío, ¿sabes? De esto que... no puedes evitarlo pero dices... pero no puedo, pero necesito... necesito una vez más.
Salí corriendo, mis piernas actuaron solas y lo único que podía hacer era correr.
- ¡Ehhh! ¿DÓNDE VAS?
- ¡VOY A COGER UN AVIÓN, ESTOY HASTA LAS MANOS DE ELLA, Y PASO DE VIVIR UNA VIDA SIN ELLA SIN HABERLO INTENTADO!
Gritaba eso para autoconvencerme. No sirvió de mucho cuando ví que tenía dos hijas, cada cuál más preciosa, con sus ojos y encima rubias... Y, bueno, esto es lo que quise, y lo que quiero. Hasta aquí mi corta historia de desamor que, como ya sabéis al leer esto, ha tenido un final no muy feliz.
GUARDAR COMO; NOTA DE SUICIDIO; IMPRIMIR.